martes, 26 de agosto de 2008

Cómo “repelen” los rayos los aviones

No es que sea un mal momento para hablar de este tema por la desgraciada noticia que ha ocurrido hace poco en España, pero, como sabéis volar sigue siendo el modo más seguro de viajar.

Nos chocan estas noticias porque mueren "de golpe" decenas de personas (en este caso más de 100), pero en España, cada Semana Santa, o Navidad mueren las mismas o más incluso, y un así esas noticias ya las tenemos tan asimiladas que casi no nos afectan.

El avión siempre ha tenido un protagonismo único en los accidentes, y es por dos razones: porque cuando pasa algo suele acabar con la vida de (casi) todas las personas a bordo, y porque hay muy pocos accidentes de avión.

Entrando en la materia de la pregunta, que salió en una conversación reciente con un amigo, uno de los fenómenos más impactantes en un avión es la caída de un rayo sobre él, en pleno vuelo. ¿Por qué no le ocurre nada? Es gracias al efecto de la jaula de Faraday.


El efecto jaula de Faraday provoca que el campo electromagnético en el interior de un conductor en equilibrio sea nulo, anulando el efecto de los campos externos. Esto se debe a que, cuando el conductor sujeto a un campo electromagnético externo, se polariza de manera que queda cargado positivamente en la dirección en que va el campo electromagnético, y cargado negativamente en el sentido contrario. Puesto que el conductor se ha polarizado, este genera un campo eléctrico igual en magnitud pero opuesto en sentido al campo electromagnético, luego la suma de ambos campos dentro del conductor será igual a 0.


Lo que viene a decir que los aviones, al ser una carcasa metálica "hueca", cuando se le aplica una cantidad de electricidad (como puede ser el impacto de un rayo), ésta se mantiene únicamente en la superficie de la carcasa, es decir, la parte externa del avión. Todo el interior, el combustible, y en fin, todo el contenido se mantiene intacto, sin alterarse ni siquiera en temperatura.

En Youtube podemos ver algunos ejemplos, como este:






1 comentario:

  1. Yo puedo confirmar lo que en el artículo se dice. Fue en Navidades del año 1980 y volvía a casa en un vuelo de Air france desde Paris a Madrid, un Airbus, cuando más menos a la altura de Pamplona, cayó un rayo en el fuselaje del avión. Lo primero que sentimos (aparte del miedo que cada uno tenía en mayor o menor grado)fue un golpe muy fuerte seguido al instante de un ruido tremendo, oyéndose a continuación por la megafonía del avión al comandante gritando y no con calma: " Attachez les branches". La sacudida fue tan fuerte que tiro al suelo a varios pasajeros que se encontraban de pie en los pasillos, así como a algunas azafatas que andaban vendiendo perfumes y otros artículos con los carritos. Mi situación en la cola del avión me permitió dos cosas. 1ª una vista casi completa de todo la cabina del pasaje y la 2ª una sacudida mayor. Después de las palabras del comandante, se hizo el silencio en el avión y no se volvió a oir nada hasta llegar a Madrid. Me llamó tremendamente la atención cuando bajaba del avión (tuve que atravesar todo el aparato hasta llegar al "finger") fue que parecía que había pasado un tornado, estaban todos las revistas, papeles y bolsas que hay en los bolsillos de los asientos, tirados por los suelos y desperdigados por los asientos. Os aseguro que la experiencia no me resultó nada agradable, ¿me creeís, verdad?

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